El cabello es una estructura filiforme que crece en la piel de los mamíferos, incluyendo los seres humanos. El cabello humano se compone principalmente de una proteína llamada queratina, que también se encuentra en las uñas y en la capa externa de la piel. El cabello crece a partir de folículos pilosos, que son pequeñas estructuras en la piel que contienen células madre y otras células especializadas que ayudan a producir y mantener el cabello.
El cabello humano tiene diferentes funciones, entre las que se incluyen la protección del cuero cabelludo, el aislamiento térmico, la sensación táctil y la comunicación social. El cabello también puede ser utilizado como una forma de expresión personal y de estilo, y puede ser cortado, teñido o peinado de diferentes maneras para reflejar la identidad y la personalidad de cada individuo.
El cabello humano puede tener diferentes texturas, colores y patrones de crecimiento, que están determinados por factores genéticos y otros factores, como la edad, la salud y el estilo de vida. El cuidado del cabello es importante para mantenerlo sano y fuerte, y puede incluir el lavado regular, la hidratación, la protección contra el sol y otros factores ambientales, y el uso de productos de cuidado capilar adecuados.
El cabello se distribuye en casi toda la superficie corporal, exceptuando las superficies palmoplantares el ombligo y las mucosas. En un adulto el número aproximado de pelos es de unos cinco millones, repartiéndose en forma desigual a lo largo del cuerpo. En la cabeza hay alrededor de un millón, encontrándose entre 100 000 y 150 000 en el cuero cabelludo. El pelo de la cabeza mantiene el calor corporal de esta y le proporciona al cráneo cierta protección contra los golpes. Las pestañas protegen los ojos disminuyendo la cantidad de luz y polvo que puede penetrar en estos; y las cejas protegen los ojos del sudor que puede gotear por la frente.
Cabello humano ampliado 200 veces.